martes, 7 de junio de 2016

La muerte del Pishtaco (narración- Cajamarca)



Cerca de la cueva de un Pishtaco, un anciano instaló su choza. Allí llegaba por las tardes a dormir, acompañado de un perro cuyo nombre era Jarimán. Al Pishtaco no le gustó la vecindad del anciano y ante el temor de ser descubierto, resolvió quitarle la vida. Una noche oscura se dirigió a la choza del anciano a quien encontró masticando coca.

- viejo, la plata o la vida!!
el anciano replicó:
- notengo dinero , ¿de dónde te voy a dar nada?
- entonces pagame con la vida - concluyó el Pishtaco listo a degollarlo.
Pero el anciano imploró una gracia diciendo:
- antes de que tu me hagas nada te pido un momentito para rogar a Dios y despedirme de mi perro cantando mi tristeza.
-Bueno! pero rápido! - fue la respuesta del Pishtaco.
En efecto, el anciano se puso a cantar llorando y rogó a Dios por la buena vida de su perro con estas palabras:
- Hay Jarimán , Jarimán! Hallegado la hora de mi muerte , el fin de mi destino, me voy de esta vida , hay Jarimancito!!!
El Perro que estaba por allí cerca, al escuchar las voces de su dueño vino disimuladamente corriendo, por detrás del Pishtaco de un salto lo cogió por la garganta y lo derribó al suelo. En ese momento el anciano cogió el puñal y lo plantó en el corazón del Pishtaco , quien murió en el acto.
El anciano enterró el cadaver en lachoza y fue a la cueva del Pishtaco donde encontró oro y plata en gran cantidad. Volvio rica la ciudad y en el resto de su vida cuido bastante a su querido Jarimán que le había salvado de una muerte segura.

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